(ABC, 3 de diciembre de 2008)
Tras el suicidio asistido de Chantal Sébire, el 19 de marzo pasado,
culminando el dramático fin de una mujer víctima de un tumor
degenerativo, incurable, que había reclamado el «derecho a morir», el
presidente Sarkozy ordenó un estudio redactado por especialistas, para
evaluar el funcionamiento de la Ley del fin de vida del 2005.
El
caso de Sébire suscitó una viva emoción nacional, planteando
insondables debates morales, médicos y jurídicos. El caso Sébire dejó
tantas heridas abiertas que se esperaba con impaciencia los resultados
de la misión encomendada por el presidente Sarkozy.
Tras seis
meses de estudios y consultas entre especialistas médicos, legistas,
intelectuales, religiosos y asociaciones humanitarias, la misión
oficial dirigida por Jean Leonetti (diputado conservador) ha concluido
sus trabajos recomendando al gobierno francés el rechazo expreso de la
legalización de la eutanasia.
A juicio de la misión Leonetti, la
Ley francesa de acompañamiento del fin de la vida terrenal funciona con
eficacia, aunque médicos y pacientes conocen mal su existencia y
alcance. Esa legislación permite la «sedación terminal» de pacientes en
estado de inconsciencia final que no reaccionan a los tratamientos
últimos. En su informe dirigido al presidente de la República, los
especialistas autores del informe consideran «inaceptable» catalogar la
eutanasia como un derecho, rechazándose cualquier fórmula «de
sustitución». Rechazada la legislación de la eutanasia, la misión
recomienda la creación de un «observatorio de las prácticas del fin de
la vida», que permita mejorar la legislación actual, aportando ayuda,
socorro y humanidad a los hombres y mujeres sufrientes.
La misión
Leonetti recomienda, igualmente, modificar o matizar la legislación
vigente sobre el fin de la vida en los hospitales públicos, a raíz de
la constatación de una tragedia mal conocida: apenas un 25 por ciento
de los franceses que mueren en los hospitales públicos lo hacen
acompañados de sus familiares más próximos; el resto mueren en una
soledad casi absoluta.